martes, 18 de agosto de 2009

Sabina y mi hija adolescente

Joaquín Sabina ha estado presente en muchos momentos de mi vida, escucharlo para mi es una regresión a los tiempos en que iniciaba con mi grupo de teatro, con "la palomilla", de gira por todo el estado, en la carretera hirviente, una combi que llamabamos bombi y todo el grupo estusiasmado y felíz. Eramos como una enorme familia, pasabamos casi todo el día juntos, eramos como una comuna hippie con la diferencia de que no viviamos juntos. Sabina era como el pegamento que nos unía, cantábamos o nos quedabamos en silencio, escuchando, horas y horas de carretera o de construcción de escenografía o títeres con Sabina como música de fondo.

Algunas veces caminabamos al ensayo cantando las canciones o de regreso. Siempre Sabina.
Ahora mi hija de 16 años, que lo conoce de siempre porque lo escuchaba también ha descubierto el poder de su música. Estuvo en el DF por tres semanas, y el día que llegó nos fuimos a comer a casa de su tía, todo el camino nos fuimos cantando canciones de Sabina y ella estaba emocionada, me decia, es que mamá escucha esa letra.
Continuará...