jueves, 3 de julio de 2008

De Cuba...


Dulce Ma Loynaz, POETA, esta si. También de mis favoritas, de esas que leo y releo para ver si asi se me pega algo, aunque la grandeza no se repite. Destaco de su poesía ese estilo femenino, con un poco de rudeza, de cotidiano. Fue una prolífica escritora cubana, muy reconocida en su patria. Luego subiré algunos poemas de autores cubanos contemporáneos. Aquí les dejo dos poemas que en particular me gustan mucho. Comenten, recomienden.
p.d.
Ana: particularmente he subido para ti este poema "Yo te fui desnudando", por tu incansable amor y por tu noble corazón de mujer ... y porque todavía creemos en los hombres.


YO TE FUI DESNUDANDO...

Yo te fui desnudando de ti mismo,
de los «tus» superpuestos que la vida
te había ceñido...
Te arranqué la corteza -entera y dura-

que se creía fruta, que tenía
la forma de la fruta.
Y ante el asombro vago de tus ojos

surgiste con tus ojos aún velados
de tinieblas y asombros...
Surgiste de ti mismo; de tu misma

sombra fecunda, intacto y desgarrado
en alma viva...

Dulce Ma Loynaz

QUIÉREME ENTERA...

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
quiéreme día,quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!

si me quieres, no me recortes:
¡quiéreme toda... o no me quieras!

Dulce Ma Loynaz

2 comentarios:

carlotana dijo...

Fedrilla, Fedrushka, de más está darte las gracias. Las poesías soneras, cascabeles que uno debe sonar de tiempo en tiempo para recordar que uno también tiene voz. Te pongo uno mío (ajá, con el mismo tema ya que como dice Margarita Isabel en "Danzón" no es que uno crea en ellos; son lo único que hay). Viejito pero "vigente" del libro "Virtual Exprés":
A imagen y semejanza
Cuando el limpio atrevimiento se demora insomne
y cada gesto proscribe su color y perfume,
hablar de amores cuaja lava muralla
que glotona devora los acordes luna.

Cuando procesión el minuto fatal deshoja citas
y voluble no ase tranquila unción al lóbulo,
el mar siniestro secuestra la tarde;
sortilegio elude la voz que tañe respiración ausente.

Para amar, sumarse marea
a la equidistancia cándida del otro,
habrá fuego ataviarse presencia;
retozar llama, faro al borde de un precipicio.

Amar doblega las instancias del deseo,
la confusa impaciencia por forjarse ancla.
Se enarbola velamen, promesa en la lengua
y timón tacto despunta la piel compás la brisa:
risa huérfana de presagios.
Ana R.

Fedra dijo...

Anita:

este poema me lo llevo al frente para que pueda ser leído por todos como se debe. Gracias por tomarte el tiempo, te quiero.