viernes, 8 de agosto de 2008

De vuelta del paseo...

Ayer, despues de la lluvia creo que todos salimos a sentir la ciudad renovada, los caminos con huellas borradas, la tierra de nuevo dura, la tarde por fín vencida por una suave brisa.
David, mi querido amigo salió a caminar, y de regreso escribió este cuento, que hoy compartió conmigo y que me encantaría compartir con ustedes.


De vuelta del paseo
(donde junte una gotita de agua lluvia para tenerte entre mis dedos un momento)
Vivía con una gran oruga blanca. Dentro de ella se estaba formanda su amor ideal. Êl la esperaba, paciente. La larva, mientras tanto, le devoraba los libros, sus papeles, sus discos, su ropa. Cuando queria hablar, pegaba el hocico a su boca y le tragaba las palabras con las mismas ansias con que un niño succiona la leche materna.

Por fin el gran vientre comenzó a partirse. La oruga gimió como un perro herido y corrió a refugiarse bajo la cama. Al cabo de violentas sacudidas, surgió del capullo una mujer perfecta, luminosa, independiente. Con sus alas irisadas revoloteo por el dormitorio, posó breve sus labios sobre los del otro, depositándole una saliva azucarada, y huyó por la ventana para perderse entre las estrellas.

Arrastrando los pies, él se paseó por la casa, abrazando a la larva vacía durante horas, hasta que al fin se introdujo dentro y esperó allí, agazapado, rogando que le crecieran dos alas para lanzarse hacia el cielo y volar hasta encontrarla.

Por: David M.

3 comentarios:

Aurora Varela dijo...

aww, me gusto mucho, está muy bonito de verdad.

Aurora Varela dijo...

aww, me gusto mucho, está muy bonito de verdad.

RUY dijo...

wep, me parece una propuesta diferente e interesante, jojojo