David, mi querido amigo salió a caminar, y de regreso escribió este cuento, que hoy compartió conmigo y que me encantaría compartir con ustedes.
De vuelta del paseo
(donde junte una gotita de agua lluvia para tenerte entre mis dedos un momento)
Por fin el gran vientre comenzó a partirse. La oruga gimió como un perro herido y corrió a refugiarse bajo la cama. Al cabo de violentas sacudidas, surgió del capullo una mujer perfecta, luminosa, independiente. Con sus alas irisadas revoloteo por el dormitorio, posó breve sus labios sobre los del otro, depositándole una saliva azucarada, y huyó por la ventana para perderse entre las estrellas.
Arrastrando los pies, él se paseó por la casa, abrazando a la larva vacía durante horas, hasta que al fin se introdujo dentro y esperó allí, agazapado, rogando que le crecieran dos alas para lanzarse hacia el cielo y volar hasta encontrarla.
Por: David M.
3 comentarios:
aww, me gusto mucho, está muy bonito de verdad.
aww, me gusto mucho, está muy bonito de verdad.
wep, me parece una propuesta diferente e interesante, jojojo
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